Seguramente en los próximos meses, a medida que la situación de la crisis sanitaria actual se vaya controlando, y se consoliden las diferentes medidas que en el ámbito económico se están poniendo en marcha para paliar los efectos devastadores de la actual crisis, se iniciarán debates a fin de implementar iniciativas políticas, sociales y empresariales en línea de desarrollar una estrategia de “Glocalización” de nuestras industrias estratégicas en el ámbito sanitario y evitar las carencias de suministros y situaciones de caos vividas en estos últimos meses, y que todos tenemos grabadas en nuestras retinas.
Desde nuestra experiencia, en el día a día de una pequeña empresa centrada en el sector del Medical Device, ponemos sobre la mesa dos reflexiones, que conjuntamente con muchas otras que irán surgiendo, deseamos ayudan a implementar una “ Glocalización efectiva” que ofrezca soluciones de fondo y permita mejorar nuestro tejido industrial en el ámbito sanitario.
En primer lugar, a nivel de gestión empresarial, la “Nueva Glocalización” debe profundizar en crear una dinámica mucho más holística de cómo actúa todo el ecosistema sanitario. No basta con contar con Instituciones, empresas, y servicios capaces de dar respuestas a nuevos rebrotes de la Pandemia, sino, sobre todo, a cómo estarán preparadas la próxima vez que llegue. En definitiva, ser capaces de lograr interiorizar en la mentalidad de los directivos del sector que, en la toma de sus decisiones estratégicas, se debe optimizar el equilibrio entre la potenciación de iniciativas colaborativas del ecosistema industrial nacional con la defensa de los lícitos intereses individuales de la instituciones y empresas que representan. Parece que todos entendemos que cuantas más interrelaciones existan en el ecosistema, más dinámico e innovador se volverá, creando más oportunidades de negocio para todos sus integrantes, y paralelamente, mejor servicio a nuestros ciudadanos. Que le dedicamos el tiempo y una actitud de mejora continua de búsqueda de sinergias, parece que se nos pierde, a veces, en el día a día, o en una visión más economicista, individualista y de corto plazo.
En segundo lugar, a nivel de las Instituciones nacionales la “Nueva Glocalización” no debería, por contraposición, ser una política de límites a la globalización, sino más bien una evolución hacia mejoras concretas allí donde esta última ha mostrado ineficiencias. En definitiva, y de nuevo, habría que encontrar un equilibrio entre las teorías de dos de los padres de la Glocalización, Roland Robertson (“Piensa global y actual local “) y Fals Borda (“ La Glocalización implica sustituir la “B” de beneficio por la C de “corazón “ ).
José Luis Sampedro durante los años 60 realizó una serie de conferencias en El Círculo de Economía, de Barcelona, donde, con su estilo académico, intentaba convencer a los empresarios allí reunidos, de la necesidad de desarrollar estrategias de internacionalización y salir definitivamente de la autarquía. Su lectura, quizás hoy nos parezca algo naif. Ojalá en un futuro próximo hablar que la Glocalización nos ha ayudado a superar la crisis actual, también nos lo parezca.
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